La Motivación

El nivel en el que océanos y mares están considerados en nuestras consciencias no refleja la verdad local y el valor global de los mismos. Tras miles de años de actividad humana en y alrededor de los mares, estamos empezando ahora a bajar a las profundidades de los mismos y descubrir sus secretos. Cuanto más nos adentremos en este mundo, más clara nos serán las influencias que la actividad humana tenga en los procesos naturales y transformaciones de los océanos y los mares. 

Punto Clave; Regiones costeras

Crecientemente, las actividades de la humanidad se están concentrando entorno a las costas. En la actualidad, aproximadamente el 60% de la población mundial vive alrededor de las mismas, y esta tendencia tiende al alza. Simultáneamente, los continentes en general y las costas particularmente, son regiones especialmente atractivas para la enorme diversidad de formas de vida marinas, anfibias y terrestres, así como el sitio donde tienen lugar procesos de cambios intensivos con los océanos. Es por lo que, la región comprendida entre el mar y la tierra constituye el punto de inflexión hoy en dia del debate económico, social y ecológico. Por estas razones, las regiones costeras tienen que ser el lugar objetivo para la implantación y desarrollo de los conceptos y de las políticas sostenibles de desarrollo medioambiental a largo plazo.

Demanda de enfoques consecuentes

La necesidad de un procedimiento íntegro orientado a largo plazo es hoy universalmente reconocido y las comunidades de las naciones se pusieron como objetivo el desarrollo duradero el cual ya se habían comprometido en la mesa redonda de Río en 1992. Desde entonces, los caminos y medios de alcanzar este propósito han sido ampliamente tratados, e incluso implementados a varios niveles en la escena mundial. A pesar de reconocer la conveniencia de llevar a cabo enfoques globales y ejecutar sus implementaciones, hoy día existen, muy frecuentemente, por su contra actividades reaccionarias. Aún todavía existen escasos enfoques interdisciplinares consecuentes, y, sobre manera, la percepción de desarrollos positivos modélicos por parte del público, de las personas encargadas de tomar decisiones y de los líderes de opinión, es mínima.